Sirio, con su color blanco azulino, es la estrella más brillante del firmamento vista desde la perspectiva de la Tierra, ya que la magnitud de su luminosidad es la mayor después del Sol, de la luna y de algunos planetas resplandecientes como Venus. Se encuentra ubicada relativamente cercana al Sol, en la constelación del hemisferio celeste Sur Canis Major (El Can Mayor), aproximadamente a 8,7 años luz.
Desde la antigüedad la estrella Sirio ha cautivado la atención de las civilizaciones y de la comunidad científica. Los egipcios, conocidos por sus estudios de astronomía, usaron la estrella para fijar el comienzo del año. El día en que Sothis, como la denominaron, aparecía en el horizonte justo antes de la salida del sol era el primer día del año y el comienzo del festival de la diosa Isis. Con ello también se marcaba la época de las inundaciones del Nilo y, por consiguiente, la consideraban anunciadora de la buena cosecha. Es por esta valoración que los egipcios tenían del astro, que muchos templos fueron construidos de forma que la luz de Sirio iluminara las cámaras interiores.
Los astrónomos la consideran como una estrella binaria, es decir; como un sistema estelar compuesto de dos estrellas que orbitan mutuamente alrededor de un centro de masas común, ya que se ha demostrado que posee una pequeña compañera, una estrella Enana blanca que gira a su alrededor cada 50 años, pero que no es visible a simple vista porque es de poca luminosidad.
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