Lo interesante de las enanas marrones o cafés, es que han demostrado que pueden formarse astros de masa intermedia entre las estrellas y los planetas.
Las enanas marrones han resultado ser demasiado pequeñas para catalogarlas como estrellas, pero demasiado grandes para ser planetas. Los científicos las han denominado también Estrellas Fallidas porque contienen los mismos materiales que una estrella como el sol, pero con muy poca masa para brillar.
Aún no se ha llegado a determinar la formación de las enanas marrones, ya que debido a su baja temperatura estos objetos son muy débiles en la luz visible, lo que implica que sea muy difícil observarlos de manera directa desde grandes distancias. Sólo se detectan por su brillo en longitudes de onda infrarrojas.
Antes de 1995 sólo se presumía la presencia de enanas marrones por el comportamiento que demostraban algunas estrellas cercanas cuando eran sometidas a monitoreo de diferentes enfoques gravitatorios, pero ese año, en el Observatorio del Teide (Tenerife) fue confirmada la primera, por un grupo español de astrofísicos. Aunque fue sólo en 1975 cuando el concepto de enana marrón (Brown Dwarf) fue propuesto por la astrofísica Jill Tarter.
Las enanas cafés a lo largo de su vida se van contrayendo poco a poco y se van haciendo progresivamente más pequeñas, frías y débiles, de ahí la importancia de detectarlas cuando aún son jóvenes. Para hallarlas, los astrónomos suelen focalizar su atención hacia las regiones de constitución estelar, ya que es en esos lugares, donde nacen las estrellas azules, las estrellas amarillas, como el Sol, pequeñas estrellas rojas y también lo hacen las enanas marrones.
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