La Nebulosa Omega cuenta con una porción mucho más brillante, una barra extendida a ocho minutos del arco en sentido este-oeste y con las justas se puede ver a través de unos prismáticos de 7 x 50. Si nos fijamos en un telescopio pequeño, en el cielo podremos ver un arco nebuloso que se extiende hacia el sur a partir del extremo occidental de la barra.
La nebulosa Omega no es completamente extraña o desconocida, pues incluso el astrónomo anglogermánico, Wilhelm Herschel, pudo divisar en el arco, el perfil de la letra griega omega mayúscula; sin embargo, la nebulosa también ha sido comparada con la cabeza de un cisne o con la forma de una herradura. Si prestamos atención a la figura de la nebulosa Omega, encontraremos que en el hueco del arco, se encuentra un polvo oscuro interpuesto. Algunos científicos afirman que la nebulosa tiene la forma de un número 2, pero con el pie un poco alargado. Al momento de realzar el contraste que hay en la nebulosa hacia el norte y el noroeste, el efecto oscurecedor del polvo juega un papel bastante importante.
Por otro lado, también podremos ver que la barra brillante, está entrecruzada por filamentos de polvo, los cuales le dan un aspecto algo grumoso que se puede ver con bastante claridad en los telescopios que tienen aberturas superiores a los 150 mm. Así mismo, los retazos nebulares más leves, se acumulan en el extremo oriental de la barra, enrollándose hasta terminar por envolverlo. A pesar de que la nebulosa Omega no tiene cúmulos estelares destacados, en su entorno se puede apreciar una treintena de estrellas con una magnitud de 9 y otras más débiles. Sin duda, es algo hermoso para contemplar.
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