Agujeros negros: La verdad

Los agujeros negros también son conocidos como hoyos negros y se tratan de una región del espacio-tiempo que han sido provocados por una gran concentración de masa en su interior. A raíz de esto, se puede notar un aumento de la densidad, con lo que se crea un campo gravitatorio tan poderoso, que ninguna partícula material y hasta incluso, ni siquiera la luz, pueden escapar de esa región.


Si ya te sientes interesado por el tema, entonces sigue leyendo pues lo que viene se pone aún mejor. La curvatura del espacio-tiempo o también conocida como gravedad de un agujero negro, se debe a la abundante energía del objeto celeste; lo cual provoca una singularidad envuelta por una superficie cerrada, conocida como “horizonte de sucesos”. Ahora que ya sabemos lo que es el horizonte de sucesos, podemos decir que es este el que separa la región del agujero negro, con el resto del Universo, siendo también la superficie límite del espacio del que ninguna partícula puede salir y como ya lo dijimos, la luz tampoco se escapa de esta limitación.


La curvatura de la que hemos hablado, ha sido estudiada por la relatividad general, la que pudo predecir la existencia de los agujeros negros. Alrededor de los años 70, Hawking y Ellis lograron demostrar distintos teoremas de gran interés, relacionados con la ocurrencia y la geometría de los agujeros negros. Sin embargo, antes de ellos, en 1963, Roy Kerr, ya había demostrado que en un espacio-tiempo de cuatro dimensiones, los agujeros negros deberían de tener una geometría cuasi esférica; dicha geometría debía estar determinada por tres parámetros: su masa (M), su carga eléctrica total (e) y su momento angular (L).


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