Así mismo, Orión es el nombre de la nueva nave de la NASA para exploración humana en el espacio, anteriormente conocida como Vehículo de Exploración de la Tripulación, la cual fue diseñada para reemplazar el “Space Shuttle” y eventualmente regresó a la luna. Volviendo al proyecto de 1960, podemos decir que examinó la construcción de un cohete nuclear que funcionaba con energía nuclear. Fue desarrollado por el físico Theodore Taylor y otros científicos más por un periodo de siete años que se inició en 1958, con el apoyo de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.
El sistema de propulsión adjudicado a la aeronave Orión se basaba en la idea de Stanislaw Ulam y Cornelius Everett, propuesta en un periódico clasificado de 1955. Ulam y Everett sugirieron soltar bombas atómicas detrás de la nave, seguidas por discos hechos de propulsor. Las bombas explotarían vaporizando los materiales del disco convirtiéndolos en plasma caliente. Como el plasma salía en diferentes direcciones, algunos tocaban la nave, afectando sobre una placa de empujador y moviendo el vehículo hacia delante.
El Proyecto Orión se originó en General Atomics en San Diego, una compañía (posteriormente subsidiaria de General Dynamics) fundada por Frederick de Hoffman para desarrollar reactores nucleares comerciales. Fue Hoffman quien persuadió a Freeman Dyson para unirse a Taylor en San Diego, para trabajar en Orión durante los años académicos de 1958-59. La idea de Ulam y Everett fue modificada para que en lugar de discos de propulsor, el propulsor y la bomba se combinaran en una unidad de pulso. El plástico fue elegido como material para el propulsor, no sólo por su efectividad en absorber los neutrones emitidos por una explosión atómica, sino también porque se divide en átomos ligeros como los del hidrógeno y carbono.
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