Venus: Un lucero al atardecer


Es el cuerpo celeste con aspecto de estrella más brillante del cielo después de la Luna y el Sol. Por ello en muchas culturas antiguas se le asignó un papel especial dentro de la mitología.


En particular, los mayas elaboraron un calendario religioso basado en los ciclos astronómicos, incluyendo los ciclos de Venus.

Estudios han confirmado que al que conocemos actualmente como el segundo planeta del sistema solar, es muy similar a la Tierra por su tamaño, masa, densidad, volumen y que ambos se formaron en la misma nebulosa, aunque se diferencian absolutamente en aspectos atmosféricos vitales para el desarrollo de vida.

Este cuerpo celeste ha resultado ser un misterio para los astrónomos durante muchos años, producto de lo difícil que se han tornado las investigaciones, por encontrarse permanentemente cubierto por densas nubes que hacen prácticamente imposible observar la superficie del planeta.

Lo que sí es un hecho es que Venus rota muy despacio, y de manera retrógrada a diferencia del resto de los planetas, con excepción de Urano, es decir; su rotación va de este a oeste. Los científicos aventuran que una colisión con un asteroide o cometa lo pudo haber obligado a seguir este giro invertido. Además, se sabe que un día venusiano equivale a 243 días terrestres, 18 días más de lo que invierte en rodear al Sol.

Una de las grandes interrogantes sobre este astro es por qué Venus es tan luminoso respecto de los otros planetas. La respuesta está en la atmósfera nubosa que lo rodea, que incluso provoca que meteoritos de menor tamaño se desintegren bruscamente, ésta permite que buena parte de la luz que incide sobre el planeta se refleje, además de provocar un efecto invernadero de importantes magnitudes. Es por esto que la superficie de Venus es más caliente que la de Mercurio, pese a estar al doble de distancia del Sol.

Antiguamente los astrónomos creían que en éste planeta podría haber presencia de agua, lo que se descartó tajantemente debido a que las altas temperaturas de aproximadamente 480°C y a la gran porción de lava fresca que inunda la superficie, producto de las masivas erupciones volcánicas que se producen constantemente.


Todos estos datos nos llevan a pensar que más allá de señalar a Venus como un hermano de la Tierra dentro del sistema solar deberíamos mencionarlo más bien como un primo, ya que gracias a las últimas tecnologías e investigaciones hemos podido conocer cómo es realmente el astro que ha maravillado a las civilizaciones desde tiempos prehistóricos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario