Eclipses lunares: Cuando se esconde nuestro satélite

En la antigüedad algunos eclipses tuvieron importantes consecuencias históricas en las batallas, pero actualmente sólo tienen el poder de ser un hermoso atractivo para quienes deseen observarlos.


No se necesita tener ningún instrumento ni guardar precauciones, pues no representan un riesgo para la vista, sólo debes disfrutar.

El eclipse lunar se produce cuando la Luna al orbitar la Tierra se introduce en la sombra que ésta última proyecta hacia el espacio, en sentido opuesto al Sol. Al no tratarse de un efecto de la perspectiva, como en el caso de los solares, son observables desde todos los puntos de la superficie terrestre en los cuales la Luna se encuentre sobre el horizonte local. Pero la gran diferencia entre los eclipses solares y los lunares, es que la totalidad del fenómeno en este último dura mucho más, ya que el cono de sombra de la Tierra es cuatro veces mayor que el disco lunar.

Una de las características de éste evento astronómico, es que sucede cuando se encuentran alineados el Sol, la Luna y nuestro planeta. Además absolutamente predecible, ocurre de manera exacta año tras año, por ser producto del movimiento de traslación de la Tierra y su satélite. Asimismo, una de las condiciones vitales que deben darse, es que la Luna necesariamente tiene que encontrarse en su fase llena.

Existen tres tipos de eclipses lunares y dependerán de la alineación en la que estén los tres objetos celestes. Es necesario para clasificarlos, entender que la sombra de la Tierra se divide en dos. La umbra, es la región de sombra total en donde no puede verse ninguna porción del Sol y la penumbra, es la parte más atenuada. Si la Luna entra por completo en la umbra se produce un eclipse total, por el contrario si se adentra en la penumbra se generará un eclipse penumbral; mientras que si se llega a introducir parcialmente en la zona umbral, se origina un eclipse parcial de Luna.


La atmósfera de nuestro planeta tiene una influencia trascendental en los eclipses. Si no existiese, en cada eclipse total de Luna ésta desaparecería completamente, algo que sabemos no ocurre. Por lo demás, cuando observemos una Luna totalmente eclipsada podremos notar que adquiere un color rojizo característico debido a la luz solar refractada por la atmósfera de la Tierra.

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