Polvo Interestelar: El polvo mágico del universo

Durante la época de formación de las galaxias luego del Bing Bang, estas eran solamente grandes agrupaciones de gas y polvo que poco a poco y mediante su condensación fueron transformándose en estrellas.


Así fue que se empezó a organizar nuestro universo, dando vida a numerosas estrellas y planetas que formaron sistemas planetarios y demás. Sin embargo, mucho de este polvo cósmico o interestelar quedó flotando en diversas regiones del universo, como pasa en nuestra galaxia. Debido a este polvo cósmico observamos diversas manchas negras en el centro de la Vía Láctea, oscureciendo completamente esta zona.

En las galaxias elípticas se observa el caso contrario, ya que la formación de estrellas se produjo de manera masiva y no dejó casi nada de polvo y gas en el intermedio de cada estrella. Los materiales que componen al polvo cósmico son partículas pequeñas -mayores al tamaño de un átomo o una molécula- de sólidas de hielos y piedras, además de cadenas de silicio.

Por su ubicación en el espacio se pueden dividir en polvo interplanetario, polvo interestelar, polvo de la cola de un cometa y el polvo que rodea a los planetas. Usualmente el polvo cósmico se agrupa en grandes nubes tan densas que no dejan ver las estrellas que se encuentran detrás.

Muchos científicos estudian las propiedades, origen y evolución del polvo cósmico debido a que son un componente esencial de las estrellas. Además plantean el problema de que en gran cantidad alrededor de nuestro planeta podrían originar peligros para futuras misiones espaciales.


En nuestro sistema solar es mucha la cantidad de polvo cósmico existente debido a los numerosos cometas que se han desintegrado a lo largo de sus millones de años de existencia. El planeta Tierra recoge diariamente miles de millones de partículas de polvo interestelar conocidos también como micrometeoritos.

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